Las hadas, esos seres mágicos que todos conocemos y solo unos pocos afortunados, o desdichados, hemos visto. Anjanas, Ijanas, mouras, xanas, fadas, gojas, sames d’aigua, lamias, itxas lamiak, ninfas, náyades, nereidas, oceánides, dríades, hamadríades, melíades, sílfides, salamandras, drinfas, banshees, pixies.
Son innumerables sus nombres, sus formas, sus poderes, su procedencia. Hay hadas sociales, otras solitarias, las hay traviesas, protectoras, rencorosas, amables, enamoradizas. Las hay altas y delgadas de belleza hechicera y otras muy feas, peludas y de grandes pechos .Algunas jóvenes y otras muy viejas.
A veces son visibles y otras veces esquivas a la vista de los humanos. Hay hadas de aire, de agua, de los bosques, de mares y océanos de los árboles, en los estanques, del fuego, de los dientes, de la vida y de la muerte.
Las hadas, desde su mundo mágico, en todas las culturas y a lo largo de todos los tiempos, han interactuado en alguna medida con los humanos. A veces para bien y otras veces no tanto. En este libro, a lo largo de las dieciocho historias que te esperan a continuación, hay sitio para todas ellas.
Ignacio Chavarría